El malagueño prolonga el récord de veteranía en el Circuito Europeo al ganar en un desempate el Open de España

Su triunfo tuvo el tinte agónico que hace más dulces la victorias. En el playoff sus dos rivales fallaron sendos putts de dos metros para prolongar la competición y Jiménez vio abierta las puertas de la victoria. Levantó los brazos, se vio empapado por el agua que le lanzó José Manuel Lara y, tras 26 intentos fallidos de ganar el Open de su país, se vio con la copa en las manos.
«Es el sueño que venía persiguiendo», contó a los periodistas. «Ganar el Open de España era uno de mis objetivos desde hace tiempo», contó el jugador que ha ganado más torneos cumplidos los 40 años que anteriormente.
El día, duro por las exigencias de un campo severo, había comenzado bien para él. Pieters, 22 años, había salido hecho un flan –tres bogeys en los cuatro primeros hoyos- y Jiménez sacándole partido a todo lo que le caía había abierto brecha con él. Un par de golpes, una distancia de seguridad.
Pero Green, otro veterano, siguió su rastro y cuando El Pisha flaqueó con dos bogeys seguidos (hoyos 9 y 10) se encaramó al liderato. Estaba en racha y así llegó al hoyo 14, donde desde el bunker no pudo cerrar el golpe de ataque al Green y lo mandó al bosque. El peaje fue caro, un triple bogey, que volvía a distanciarle a dos golpes.
Llegaron los nervios –Jiménez que detrás veía lo que estaba pasando falló en el siguiente-, Pieters se rehízo con un eagle y los tres llegaron por primera vez al hoyo 18 con posibilidades de sentenciar, pero se dieron una tregua. La siguiente vez que volvieron al hoyo 18, coronó a Jiménez, el golfista «más interesante del mundo», según le han bautizado en Estados Unidos. En realidad, el hombre que mejor hace equilibrios en la línea entre el trabajo y el apego por la vida. «¿Mi secreto? Pues ya sabéis: buen vino, buen cigarro, buena comida y, por supuesto, mucho ejercicio». Sin ir más lejos, el viernes a las 6.30 de la mañana ahí estaba en el gimnasio del PGA trabajando con las máquinas. Para los que aún son agnósticos.
Tras su victoria, Miguel Ángel Jímenez sube nueve posiciones y se coloca en la vigésima quinta posición de la clasificación mundial de golf. Su objetivo final de la temporada, en la que es el único jugador ha ganado dos torneos este curso en el Circuito Europeo, sigue siendo la Ryder Cup, la competición entre Europa y Estados Unidos que se jugará en septiembre en Escocia. «Sería increíble jugarla con 50 años. Y si estoy allí, daré guerra», contó. «Toquemos madera».
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